En 2013 tuvimos la posibilidad de trabajar para Martín Insaurralde, un joven (cuarenta y tres años) intendente de Lomas de Zamora con muy poco conocimiento y el aval político de Cristina Fernández de Kirchner, entonces presidenta de la Argentina. El objetivo era ser diputado nacional por la provincia de Buenos Aires dentro del Frente para la Victoria en un contexto en el que Sergio Massa, por el Frente Renovador (escisión del peronismo), encabezaba todas las encuestas. Insaurralde no era conocido, pero en el mano a mano era tremendamente empático. Decidimos explotar además de su juventud, su sinceridad y cercanía. Lo pegamos a la figura de Daniel Scioli, quien sostenía una imagen positiva muy elevada.
Fue una campaña de múltiples mensajes en diferentes plataformas. Entre ellos abordamos un tema traumático, Martín había salido hacía poco tiempo de un cáncer. Lo hicimos desde el lugar de la superación y el optimismo, potenciando su faceta ejecutiva aún en los momento más difíciles. En el spot en que Insaurralde cuenta la situación que había atravesado, incluimos la figura de Cristina desde un lugar más humano, no solo como una consejera política, sino también como una mujer atenta y cuidadosa.